Hallan en Turquía el juego de mesa más
antiguo de la humanidad.
De origen mesopotámico, se basa en el número cuatro y se anticipa en tres mil años a la aparición del ajedrez.
Hace
miles de años los humanos medían ya su inteligencia y su pericia
mediante juegos que hoy llamamos de mesa. Tres milenios antes
de la aparición del ajedrez y cinco antes de los tableros digitales
en los que hacen furor los pájaros cabreados del Angry birds,
o las golosinas del adictivo Candy crushlos habitantes de la
ribera oriental del mediterráneo, curtían el intelecto y se
entretenían con un juego de fichas recién descubierto y que podría
ser el más antiguo en la historia de la humanidad.
Los
juegos de tablero más remotos datados hasta ahora eran el Senet,
que se jugaba en el Antiguo Egipto, y el Juego Real de Ur,
entretenimiento cuyas primeras referencias se remontan a 2.600 años
antes de la era cristiana. Ambos son accesibles hoy, como el ajedrez,
en aplicaciones digitales.
Las
49 enigmática figuras del complejo y misterioso juego se han hallado
en un yacimiento funerario del asentamiento Basur Höyük, cerca de
la ciudad turca de de Siirt. Las figuras están labradas en piedra de
colores blanco, rojo, azul y verde, y tienen formas variadas. En
series de cuatro, las más simples son esféricas, piramidales y
oblongas. Las más elaboradas evocan perros y jabalíes.
En
Irak y Siria se hallaron antes figuras similares aisladas y
dispersas, pero nunca un conjunto tan rico y variado como el
localizado por los arqueólogos turcos que excavan las tumbas de la
Edad de Bronce. Las enigmáticas piezas halladas en un enterramiento
cercano a Siirt, en el sudeste de Turquía, sorprendieron a los
investigadores que se preguntaron si se trataba de figuras de juegos
diferentes o de un único pasatiempo.
«También hay dados y tres fichas circulares hechas de concha blanca y
rematadas con una piedra redonda negra ha explicado a Discovery
News el arqueólgo Haluk Saglamtimur. «Las piezas de nuestro juego
aparecieron juntas y en el mismo yacimiento. Es un hallazgo único,
un conjunto bastante completo que podría asemejarse al juego del
ajedrez», dice este especialista de la universidad de Esmirna,
empeñado en desentrañar las claves del juego. Saglamtimur espera
desvelar las reglas y la lógica del juego y anticipa que «según la distribución, forma y número de las figuras de piedra, parece ser que el juego se basa en el número
cuatro».
El
hallazgo confirma que los juegos de mesa se originaron y extendieron
desde las regiones más fértiles de Egipto y Mesopotamia, con
registros arqueológicos que indican que los pasatiempos fueron muy
variados y habituales hace más de 5.000 años. El Senet del
Egipto predinástico se consideraba hasta ahora el juego de tablero
más antiguo del mundo, aunque las fichas y piezas de madera halladas
estaban en penoso estado. El arqueólogo británico Leonard Wooley
halló en 1920 varios tableros bellamente decorados en el cementerio
Real de Ur, la antigua villa sumeria cercana a la hoy iraní
Nasiriya. Los tableros que dató entre los años 2550 y 2400 antes de
Cristo y que exhibe hoy el British Museum, se asociaron con el «juego
de los veinte cuadrados», pasatiempo practicado por los sumerios
alrededor de 3000 años antes de nuestra era. Suntuosas fichas
relacionadas con el juego fueron halladas alineadas por colores
alternos en otra tumba de Ur. Son siete medallones de concha con
incrustaciones de cinco puntos de lapislázuli y siete medallones de
pizarra negra con cinco incrustaciones de concha blanca.
Mucho
más sofisticadas, las piedras recién descubiertas se recuperaron de
una de las nueve tumbas de Basur Höyük. Los primeros habitantes del
emplazamiento se establecieron allí en torno al año 7.000 antes de
nuestra era, en lo que fue un enclave crucial en la ruta comercial
entre Mesopotamia y Anatolia oriental. En las tumbas se localizó
también un tesoro de cerámica policroma y sin decorar, puntas de
lanza de bronce, diversos artefactos rituales, sellos con motivos
geométricos y unos 300 objetos de bronce bien conservados.